Un poco tarde pero hoy encuentro el momento de contar mi viaje a Formentera.
El organizado viaje para dos, empezó siendo sólo de uno, o sea yo sola empecé el viaje.
Por motivos de trabajo mi chico vino el sábado por la tarde, así que el viernes empezó para mi el viaje.
Palma- Ibiza-Formentera. Llegué sobre las 12 del viernes, recogí la motillo que habíamos alquilado y fui en busca del apartamento. Llegué, dejé la maleta, me enfundé el bikini y me fui en busca de alguna playa.
La verdad que yo de orientación cero patatero, vamos que me pierdo casi hasta en mi barrio. Así que decidí coger la carretera más recta y no perder el sentido de orientación ni un momento.
Sin saberlo llegué al faro de Cap Barbaria, el de la película de Lucía y el sexo y la verdad que muy peculiar, muy desierto, rodeado de mini esculturas de piedra hechas por los visitantes y al borde de un acantilado.
De ahí me fui a la primera playa que encontré, camino de vuelta. Arena blanca y agua cristalina, todas las playas que vi a cual mejor.
Por la noche me fui a cenar a la aventura y llegué donde había
muchos puestos para dejarte la perrillas y lleno de tiendas abiertas hasta las tantas, creo que me recorrí todas y cómo no aproveché para comprar regalitos y alguna que otra cosa para mí (no lo puedo remediar siempre tengo que comprar algo allí donde vaya).
El sábado por la tarde llegó mi novio y ya no paramos en todo el viaje, con la moto fue super divertido, mi chico disfrutó un montón.
El Lunes que fue el último día nos pillamos una borrachera en un chiringuito de playa increíble, nos hicimos amigos del dueño y termino invitándonos a caipirosca y a mojitos. No nos podíamos ni levantar, unas risas y terminamos tirados en un hamaca intentando recuperarnos y pensando la manera de poder quedarnos un día mas, pero era mucho follón, cambiar billetes, yo cambiar turnos en el trabajo, así que decidimos que teníamos que irnos y que era seguro que volveríamos a repetir para el año siguiente.
No he viajado mucho la verdad pero es de los lugares mas bonitos en los que he estado, se lo recomiendo a todo el mundo. Eso sí al que no le guste la playa mejor ni se asome, porque ahí es todo playa, playa y playa.
La isla es muy pequeña, en poco tiempo la recorres de punta a punta y aún así nos faltó alguna que otra playa, cueva y caminos escondidos por visitar, ya tengo excusa para el año que viene repetir, y haré todo lo posible para que mi hermana y mi cuñado nos puedan acompañar .